STRESS

 La mayoría disfruta al saber el resultado de un partido de futbol, o con el terror que siente, sabiéndose a salvo, en la montaña rusa. Sin embargo, parte de este deseo se basa en que sabemos que suelen ser seguras para la mayoría, y que los sentimientos y sensaciones corporales se calmarán y volveremos a la normalidad poco después de que acabe el partido, o tras pasar un gran día en el parque de diversiones. Al salir de nuestra zona de confort, el estrés comienza a aumentar dramáticamente, entonces las situaciones nos parecen angustiantes. Podemos notar cambios en nuestro cuerpo como un incómodo aumento del pulso, elevación de la presión arterial, o sentir niveles perturbadores de emoción. 

Incluso en niveles más extremos, podemos sentirnos congelados o atrapados, o incluso, desconectados o disociados. Entonces necesitamos medios para calmarnos y sentirnos más cómodos. Para la mayoría, lo mejor para calmarnos es el consuelo de otros y otras formas que hemos aprendido a lo largo de nuestras vidas. Tras acontecimientos o períodos particularmente estresantes, quizá necesitemos un período de descanso y recuperación. No siempre nos damos el tiempo para ello en nuestras ocupadas vidas modernas. Nosotros utilizamos formas para calmarnos que promuevan nuestro bienestar y que no nos hagan daño, como conversaciones significativas con otros, ejercicio adecuado, "mindfulness", meditación o respiración para relajarnos. Si no podemos manejar niveles de estrés altos, este puede dañar nuestro bienestar y volverse traumático; hemos sobrepasado nuestra capacidad normal de afrontamiento. lo bueno es que incluso en este punto a menudo nos podemos recuperar, nos volvemos más resilientes durante el proceso. Otras veces, el estrés abrumador o acumulativo es traumático. Entonces necesitamos seguir otra vía para recuperarnos; la llamamos "crecimiento postraumático": cuando crecemos como resultado de circunstancias complejas.

Solo para aclarar,

el estrés no está solamente en la mente. Nuestros cuerpos también lo sienten. Y demasiado estrés puede contribuir a muchas enfermedades en momentos durante los que la salud mental se debilita. Por ejemplo, el estrés activa las inflamaciones, y el estrés acumulado puede literalmente desorganizar nuestra vida física y mental.

Por eso, aprender a manejarlo es la piedra angular de nuestro bienestar y salud.